La hipercolesterolemia familiar (HF) es más frecuente de lo que se cree, entre otros motivos porque normalmente no se diagnostica. De acuerdo con un artículo europeo consensuado, la prevalencia de la HF es de 1:200 a 1:500, según la población1. En España se calcula que la sufren alrededor de unas 100.000 personas. Sin embargo, debe suponerse que en la mayor parte de los países, la HF no se diagnostica en el 90-99 % de las personas afectadas1, por lo que estos pacientes presentan un riesgo cardiovascular que aumenta continuamente.
La hipercolesterolemia familiar es un trastorno genético autosómico codominante del metabolismo de los lípidos que surge de mutaciones subyacentes de los genes para el receptor de las LDL (prevalencia 85-90 %3), la proteína ApoB100 o la proteína PCSK9. Hasta la fecha, se conocen más de 1000 mutaciones específicas sólo en el gen del receptor de las LDL, todas las cuales se vinculan con una menor capacidad de eliminar el c-LDL de la circulación sanguínea (mutaciones de 'pérdida de función')2.
Los signos clínicos de la HF incluyen depósitos de colesterol externamente visibles (xantomas), especialmente en la piel y lo tendones. Ejemplos típicos son:
Normalmente, puede realizarse un diagnóstico clínico de hipercolesterolemia familiar en función de estos criterios3. El método de referencia para confirmar el diagnóstico es la detección por biología molecular de un defecto genético subyacente. La Red de clínicas de lípidos holandesas ha establecido los criterios para el diagnóstico de la HF. Estos criterios pueden dividirse en 5 grupos, que comprenden los antecedentes familiares del paciente, los antecedentes personales, la exploración física, la concentración de c-LDL y los resultados del análisis genético. Cada criterio recibe una puntuación definida y la probabilidad de presentar HF puede estimarse de acuerdo con la puntuación total3.
En pacientes con hipercolesterolemia familiar, la exposición cada vez mayor y durante toda la vida al c-LDL provoca el desarrollo temprano de ateroesclerosis. Debido al elevado riesgo de enfermedad cardiovascular, debe identificarse rápidamente y tratarse de forma intensiva a los pacientes con HF. Las concentraciones objetivo de c-LDL son <100 mg/dl (<2,5 mmol/l) y, en pacientes con cardiopatía coronaria, <70 mg/dl (<1,8 mmol/l)1. Sin embargo, rara vez se alcanzan estos objetivos con las opciones terapéuticas actualmente disponibles.2 En un análisis de 1250 pacientes con HFhe, el objetivo terapéutico de una concentración de c-LDL <100 mg/dl (<2,5 mmol/l) se alcanzó únicamente en uno de cada cinco pacientes5.
Si los niveles de c-LDL no se han reducido lo suficiente después de haber agotado todas las opciones terapéuticas, y de haber introducido los cambios de estilo de vida oportunos, la aféresis de lípidos representa hasta la fecha la única alternativa de tratamiento disponible para los pacientes de riesgo más elevado. En este procedimiento de depuración sanguínea extracorpórea, realizado en sesiones de aproximadamente entre dos y cuatro horas de duración y que normalmente deben practicarse en intervalos de una semana, se retiran el c-LDL y la lipoproteína(a) por diferencias de tamaño, por diferencias de afinidad a diversos enlaces o por una reacción de precipitación. Este método permite reducir las concentraciones de c-LDL en más de un 50 % en comparación con el momento basal. Para los pacientes, la aféresis supone una reducción de la calidad de vida y de la capacidad laboral, debido a las citas semanales para la aféresis y al estrés físico y psicológico asociado. Además, están atados a los lugares en que pueda realizarse la aféresis.
La complicación del procedimiento, pero también la falta de un tratamiento farmacológico efectivo, especialmente para los casos severos, destacan la necesidad de más opciones terapéuticas efectivas.
Las Lp(a), al igual que el c-LDL, son un complejo de proteínas y lípidos que transportan colesterol en el torrente sanguíneo. Este complejo puede provocar procesos inflamatorios en los vasos sanguíneos y desestabilizar las placas de las paredes de los vasos. La Lp(a) es un factor predictivo independiente de riesgo cardiovascular. El valor de Lp(a) en sangre está determinado genéticamente, motivo por el que un cambio en el estilo de vida no afectará a su concentración sanguínea7. Las opciones para tratar concentraciones elevadas (>30 /dl) de Lp(a) son limitadas.
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